Blame Morricone.

Lo dije alguna vez: es culpa de Morricone. La temprana exposición a la música compuesta específicamente para cine me convirtió en un ávido consumidor de soundtracks, y aunque algunos podrían decir que me falta criterio de selección, admito que disfruto de una amplísima gama de música, variando en compositores, estilos, épocas y recepción general.

Siempre he preferido la música instrumental por sobre la lírica porque me da el trabajo adicional (siempre placentero) de descubrir las letras implícitas en los acordes, en los ritmos, en los contrapuntos - y a veces resulta particularmente interesante ir descubriendo el cómo la música tiene el poder de contar una historia por sí misma aunque no distinga entre personajes y arcos narrativos, pero sí entre ambientes, estados de humor y emoción que son suficientes para realizar un viaje, tal como lo es toda buena historia.

Pero hablemos de compositores. La mayoría de la gente se refiere a compositores de cine en general con dos palabras: 'John' y 'Williams', y fin del repertorio. Otros apuntarán al 'tipo de Titanic' sin saber que se trata de James Horner. Luego están los que hablan de Yann Tiersen y su vasto conocimiento de la OST de (Le Fabuleux Destin d')Amélie (Poulain), y otros que por la suerte de lamentables incursiones en el cine populais (Carter Burwell en Twilight y la camada de compositores, entre ellos Patrick Doyle y Alexandre Desplat, que le han dado hijos a la saga de Harry Potter) saltan al ojo público. Nadie puede culpar a estos consumidores casuales, y menos juzgarlos. Yo sólo haré una apreciación rápida de los compositores que han formado mi gusto y se merecen un cierto reconocimiento.



El primero es, por supuesto, Ennio Morricone. Descubrir el cassette con la OST de The Mission cuando tenía cinco años fue prácticamente el punto de inicio de toda la espiral de amor y lujuria por el cine, y la música que traía consigo. Soy mucho más fanático de su música 'romántica', siendo que es mucho más popular por sus composiciones para los westerns de Sergio Leone. Pero creo que nada supera el 'Love Theme' de Cinema Paradiso, una película que además se trata sobre la magia del cine y el efecto que tiene en las personas. Lloro como guagua cada vez que lo escucho.



Otro héroe personal es Philip Glass, un tipo que aunque ya está gastado hace rato, ha sido capaz de producir obras de una belleza lírica incomparable nacidas de su particular estilo minimalista. Desde Koyaanisqatsi (1983) a The Hours (2002), su obra maestra, ha dotado a las películas en las que trabaja de un distintivo sonido que suele operar en niveles subyacentes, asociativos, respecto a las imágenes que acompaña.



En un marco similar, Michael Nyman es un tipo que me ha cautivado hace menos tiempo que Glass, pero ha probado tener la habilidad de reinventarse y crear continuamente nuevos sonidos dentro de lo paradójico que resulte siendo un abanderado del minimalismo. Su asociación con Peter Greenaway lo ha llevado a crear varios de sus trabajos más colorinches, entre ellos A Zed and Two Noughts (1985) y Drowning by Numbers (1988), pero es lejos mucho más famoso por su sublime esfuerzo en The Piano (1993), de Jane Campion.



Otros nombres importantes son Jon Brion, Thomas Newman, Bernard Herrmann (era que no), Nino Rota (duh), y, en una ironía que resulta sorprendente si consideramos el mismo tópico de este artículo, el que es en definitiva mi compositor favorito, Elliot Goldenthal.



Goldenthal es un ávido experimentador, frenético, ruidoso, y para muchos un dolor de cabeza. Pero incluso sus detractores le reconocen la fuerza tempestuosa de su creatividad, su técnica y su versatilidad, siendo capaz de componer con facilidad en todos los géneros existentes (a excepción de la comedia romántica, único terreno en el que no ha incursionado). Fuera de eso, el hombre compone obras maestras para dramas (Frida, 2002, por la que ganó el Oscar), horror (Alien 3, 1992), adaptaciones de Shakespeare (Titus, 1999, The Tempest, 2010), ciencia ficción (Sphere, 1998), adaptaciones de cómics (Batman Forever, 1995, Batman & Robin, 1997), con la facilidad y la destreza de quien se come un plato de lasagna.



Para finalizar, mi lista personal de mis 10 bandas sonoras favoritas (sólo en orden alfabético), y un regalito de Max Steiner, el que bien podría ser el compositor de la vida.

1.- Beauty & the Beast (1991) - Alan Menken
2.- Godfather, The (1972) - Nino Rota
3.- Hours, The (2002) - Philip Glass
4.- Koyaanisqatsi (1983) - Philip Glass
5.- Last Emperor, The (1987) - Ryuichi Sakamoto, David Byrne & Cong Su
6.- Magnolia (1999) - Jon Brion
7.- Mission, The (1986) - Ennio Morricone
8.- Piano, The (1993) - Michael Nyman
9.- Violon Rouge, Le (1998) - John Corigliano
10.- Zed and Two Noughts, A (1985) - Michael Nyman


2 comentarios:

  1. me diste una gran tarea con este post, voy a buscar a varios que no cacho. oye no sabía lo bacán de philip glass hasta que caché la trilogia gatsi, seco el viejo

    ResponderEliminar
  2. Buena lista, pero faltó Bernard Herrmann (con todas sus películas)

    PD: Soy la michi, la amiga del diego.. de puro psico llegué a tu blog :) Saludos!

    ResponderEliminar