Los Vengadores

The Avengers
Dirección & Guión: Joss Whedon
2012
142 min.



No había visto The Incredible Hulk. No había visto Iron Man ni Iron Man 2. No había visto Thor. No había visto Captain America: The First Avenger. Con esa notoria (falta de) preparación me dirigí al cine a probar suerte con The Avengers, o a morir noblemente en el intento.

El gran favor que nos hace Joss Whedon (a nosotros, los que no tenemos un magíster en Universo Marvel) es que no castiga –demasiado- la ignorancia o falta de geekismo; sí hay un par de referencias y chistes que tienen la misión específica de hundirte en la silla y en las risas de los que sí conocen la mitología hasta las mitocondrias, pero son momentos contados con la mitad de una mano. La verdad es que los personajes de The Avengers se dejan ver y querer bastante fluidamente sin tener que acarrear una biblia completa sobre la historia personal de cada uno, y es lo que permite disfrutar a plenitud la oportunidad de ver a estos seres tan disímiles sacando chispas: es una guerra de egos, intelectos, frases sarcásticas, condiciones humanas vs divinas, y tamaño/dureza de instrumentos de batalla, tan metafórica de la masculinidad. Mi humilde persona se sintió satisfecha de haber sido llevada de la mano desde el instante en que los superhéroes no soportaban estar juntos en una habitación, al glorioso momento en que la cámara gira alrededor de ellos, ya como un equipo, cuando se preparan para el enfrentamiento final. Ése es el encanto real de la película.

 Las escenas de acción son de una escala tan grotescamente ambiciosa que si tuviera que medirlas en la escala de Michael Bay (Transformers), The Avengers llegaría orgullosamente al 9 de 10, también llamada “explotará hasta lo que no debería explotar”. Y hablando de Michael Bay, me SALTA A LA VISTA (como el nombre de ese pésimo programa) la curiosa similitud entre ésta película y Transformers: Dark of the Moon, donde básicamente el artefacto que causa todo el conflicto es el mismo: una fuente de energía ilimitada que abre un portal dimensional del que sale un brígido ejército. No sé si es un homenaje, o una vergonzosa falta de originalidad, pero uno puede suponer que es un detalle menor junto con las escenas que exudan el razonamiento “hay que poner algo que explote, hace rato que no pasa nada”.

 Ahora, si aplicamos un filtro de mayor exigencia, queda decir que The Avengers no ofrece más de lo que se podría esperar de ella: risas y explosiones. El espectador habituado a entretenimiento más denso se verá decepcionado en el sentido que la película no acarrea grandes ideas ni conflictos; incluso cuando pareciera ponerse interesante en ese sentido, girando un par de tuercas, se queda en lugares bastante comunes. Y aquí es donde debo compararla gratuitamente con la película geek que llevo cuatro años esperando: ésta no es una película de Nolan. Ésta no es The Dark Knight Rises. Y aunque sea totalmente innecesario compararlas, al final de la película, satisfecho y todo, queda la sensación de que, post-Nolan/post-The Dark Knight, uno quiere que sus películas basadas en cómics entretengan tanto las vísceras como el cerebro. 7/10