Tara!



Gone With The Wind
1939
dir. Victor Fleming
Guión de Sidney Howard



Hace dos meses adquirí, por un precio muy razonable, la edición en DVD por el 65º aniversario de Gone With the Wind, un pack de lujo de 4 discos que me dije a mí mismo era fundamental en mi colección. Hoy finalmente la vi en una sola sentada, las 4 horas non-stop, y debo decir que me siento orgulloso de ser un consumista de mierda.

No sólo la restauración digital ha dejado la imagen y el sonido a un nivel sublime, sino que permite apreciar mucho mejor el espléndido trabajo de fotografía y cámara de Ernest Haller y Ray Rennehan, a full Technicolor (mejor que cualquier chantería de 3D nowadays).

Aunque, Gone with the Wind es mucho más que buena fotografía, genial diseño de producción, estupendo montaje, impecable dirección e increíbles actuaciones de Vivien Leigh, Clark Gable, Hattie McDaniel y Olivia de Havilland. Es casi inadecuado separar cada componente y concederle un crédito aislado siendo que lo mejor de la película es el modo en que todos sus valores operan en estricta y absoluta codependencia; donde lo delicioso de la larga e inolvidable historia de Tara es precisamente cuán integra se nos presenta.

Ok, no voy a hablar de cuán grandiosa es la película, porque no es el sello distintivo de este blog, y aparte, ya se me acabaron los calificativos. Gone with the Wind no es una de mis películas favoritas, ni nunca lo será, le faltarían muchas cosas para eso. Pero le concedo algo que ninguna otra película me hace sentir: al escuchar el tema de Max Steiner, me emociono genuinamente con la idea de que el cine sí tiene la capacidad de trascender el tiempo. Es lo que se denomina comúnmente como esas cosas que son 'más grandes que la vida', no sólo porque su permanencia excede el margen de vitalidad de un ser humano, sino porque su impacto se ha instalado en un imaginario colectivo que abarca a porciones gigantescas de personas de todos los ámbitos posibles. Escuchar el tema de Tara es pensar que Gone With the Wind ES el cine, en su expresión más majestuosa y bella, ambiciosa, elefantiásica, divertida, emocionante, y eterna. Gone With the Wind es, en definitiva, todo por lo que estoy enamorado del cine.