The Grey
2012
Dir. Joe Carnahan
Pocas películas logran hacerte cuestionar y
valorar tu vida, la forma en que la vives, y la aceptación de la mortalidad sin
volverse majaderamente moralistas ni cursis. La saga completa de Saw se construye en base a la premisa
“quienes no valoran la vida no merecer vivir”, pero a través de un festival
gratuito de gore y nulo desarrollo de personajes nunca logra evocar una
verdadera apreciación o entendimiento de dicha proposición – porque la verdad
es que es bastante difícil lograr que tu audiencia, tan disímil por naturaleza,
entre en el juego de evaluar sus vidas bajo el prisma de aceptar la muerte como
algo espontáneo e inevitable.
En The
Grey, Liam Neeson (sólido como siempre) es parte de un pequeño grupo de
personas que sobrevive a un desastroso accidente aéreo en Alaska que, además de
luchar contra el frío y el hambre, debe defenderse de la amenaza de una manada
de lobos que sigue cada paso que dan. Con
esta información de antemano, The Grey
es engañosa. Su storyline atrae inmediatamente a quienes quieran ver una
historia de acción y suspenso – y lo curioso es que cumple esta promesa con
creces, añadiéndole a esta desesperante y rítmicamente bien armada historia una
contundente agenda filosófica que explora varias aristas de la condición mortal
del hombre. Verá Ud., los lobos son una metáfora de la muerte como una amenaza
omnipresente que no sigue lógicas racionales o “dramáticamente consecuentes” –
como discuten los personajes en cierto momento, el haber sobrevivido al
accidente no es una señal de que han sido bendecidos con una experiencia
enriquecedora que los exime de morir a manos del frío, el hambre o los lobos;
la muerte sigue apareciendo indiferentemente.
El
tema central es la aceptación de la muerte como una fuerza superior a la
nuestra; una fuerza que representa la última lucha de nuestras vidas, con la
que debemos enfrentarnos con dignidad, pero últimamente aceptar y “dejar que se
deslice sobre nosotros”. Es una lucha que siempre perderemos, pero una que
define nuestra humanidad mediante la conclusión y apreciación de la vida que
vivimos – los personajes se defienden de lo inevitable con un objeto muy
cotidiano y sin embargo muy certero: las billeteras con las fotografías de sus familias,
la única defensa que tienen contra la muerte siendo los recuerdos de su
felicidad. Entendiendo que el tema de la historia es la muerte y el cómo
enfrentarla, es que uno tiene la clave para sentirse satisfecho con el final,
sin creer que los realizadores se quedaron sin celuloide para rodar la
verdadera conclusión – porque sí, estimados, The Grey tiene uno de esos temidos
finales abiertos. No lo adelantaré, pero sólo enfatizo: piensen durante la
película, ¿de qué me está hablando esto?
¿Cuál es el tema? Y sólo así encontrarán, como yo, que el final es la mejor
conclusión posible que podría haber tenido ésta
historia.
The Grey, en su totalidad, es una
historia filmada de manera sublime, fiel al feeling cinematográfico de narrar
con capas de lectura y emociones; sólo muy raramente tambalea cuando quiere
adherirse temporalmente a los cánones de película de terror. Pero fuera de eso,
es fácilmente una de las mejores películas que he visto en el año.
7.5/10
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